Será cierto que soy patológicamente optimista?

De tanto practicar ante situaciones difíciles, casi sale sin esfuerzo.

Además, si me permito hacerle algo de caso a mis emociones grises, ellas toman el control! Son unas atrevidas, invasivas e inservibles.

No tuve preparación, educación emocional en mi niñez, todo era esfuerzo, trabajo y responsabilidad. Si tan sólo hubiera aprendido un poquito de lo que empiezo a incorporar ahora! Bueno, eh! Ese comentario no suma!

Te cuento lo positivo que hago casi por default en mis días: despierto, levanto las piernas y me las miro sorprendida: QUE LINDAS ELLAS! Con pelitos y várices, me gustan verlas moverse sanas – casi sonrientes –

Me levanto, agua fresca en la cara, lavo mis dientes, pongo el agua para el mate y corto unas hojas de menta. Con el primer mate, salgo a regar las plantitas, siempre alguna tiene novedades para mi. Paseo por la casa con un papelito apuntado lo que hacer… limpiar una ventana, cambiar una funda, reparar la ruedita de una silla, lubricar una cerrdura… etc. Siempre hay cositas así: CADA DIA.

Por supuesto, con el mate cerca a cada paso.

Abro todas las ventanas, enciendo mi ordenador, chequeo mis tareas en mi schedule, agendo las nuevas, y selecciono las del día. Haré foco en ellas. Enciendo un sahumerio, pongo música FOCUS y comienzo mi programa del día.

Mis programa del día incluye siempre, los seres vivos que hacen mi mundo mejor, hijas, plantas, amigxs. Luego mi trabajo y gestiones necesarias.

Por supuesto a la siesta, me felicito, y descanso un rato, medito, veo un capítulo de alguna serie, y sigo mi marcha: VIVIENDO.

A la nochecita, tomo mi suplemento de magnesio, abro las ventanas de mi dormitorio para ver el cielo, disfrutar el aire que circula para darme las buenas noches, pongo una meditación de Deepak Chopra, y todo es hermoso para soltar en un HASTA MAÑANA

Qué linda es mi vida

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